Así como el cuerpo posee toxinas físicas que lo deterioran, también las relaciones pueden contener emociones tóxicas, que funcionan como mecanismos de defensa de estados internos del inconsciente.

por Mabel Iam

Así como el cuerpo posee toxinas físicas que lo deterioran, también las relaciones pueden contener emociones tóxicas, que funcionan como mecanismos de defensa de estados internos del inconsciente.

La mente se defiende de aquello que no puede codificar, como las emociones de angustia y miedo, entre otras. Esta defensa genera energía tóxica, que es un mecanismo de conflicto o de resistencia, porque el ego no acepta estas emociones y las percibe como debilidades. Las emociones tóxicas están causadas

por la represión, negación o proyección de las emociones. Lógicamente, estas emociones negadas se proyectan en las relaciones y ocasionan dificultades. El círculo continúa sin detenerse y los conflictos generan, a su vez, relaciones tóxicas.

Cuando una persona crea relaciones conflictivas y siente que su vida está intoxicada de problemas, existe un vampiro interno, que está tomando su energía positiva, y como un virus está infectando su posibilidad de ser feliz. Todos, de alguna u otra manera, en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado emociones y relaciones tóxicas o vampiras.

Si analizamos el origen de las emociones tóxicas, podemos hallar:

  • Inmadurez o reacciones infantiles.
  • Falta de conciencia de nuestra identidad o individualidad.
  • Incapacidad para comunicarnos o comprender al otro.
  • Ausencia de claridad de nuestras necesidades.
  • Mecanismos psicológicos negativos.
  • Miedo, angustia, celos, envidia, inseguridad.
  • Discusiones como modelo de relación.
  • Duelos no elaborados.
  • Situaciones traumáticas negadas o no resueltas.
  • Deseo de control o dominio de los demás.

En esta lista se han mencionado algunas situaciones que provocan las emociones tóxicas más comunes. Ciertamente existen más combinaciones, tantas como personas y modelos de relaciones podemos crear.

 Una amistad, un amor, un romance, son vínculos que pueden comenzar de modo natural. A medida que nos sentimos íntimamente involucrados, aparecen las emociones y los sentimientos.”

Este proceso es normal. Pero si estas emociones nos generan conflictos, ansiedad o temor, y no sabemos qué nos sucede, es entonces cuando estamos proyectando nuestros conflictos internos en la relación.

¿Qué es una relación tóxica? Las relaciones tóxicas son un acuerdo, inconsciente o no, entre las partes de una pareja, para permanecer atados a una relación que, en general, no está funcionando. Cuando una relación no posee apertura, franqueza, respeto, afecto, igualdad de derechos para pensar, sentir y hacer, independencia en las decisiones, libertad individual, consideración por el otro, estamos frente a un vínculo tóxico o vampiro.

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