” Estás a punto de conocer cara a cara a quien, hasta ahora, fue tu amor virtual. Pero tienes algunas dudas sobre lo que conviene o no revelarle. Tal vez no fuiste del todo sincero al describirte físicamente o al decirle tu edad, o le ocultaste que tienes ex esposa e hijos..”

FOTO MABEL BLOG

por Mabel Iam

Mis secretos virtuales

Le mentiste antes del primer encuentro en persona y ahora no sabes qué hacer. Tienes más años que la edad juvenil que admitiste tener, cargas con unos fastidiosos kilos de más que te cuesta combatir, o le ocultaste que tienes hijos de una ex esposa a la que eliminaste del perfil de de alguna web de encuentros, sólo para que fuera más simple seducir detrás de la computadora. Al fin y al cabo, con la complicidad del anonimato, el juego de crear una personalidad perfecta y una vida ideal es demasiado tentador como para resistirlo.

1- Si le mentiste acerca de tu estado civil, tu situación afectiva o la existencia de hijos:

Las personas que se animan a buscar amor ingresando sus datos en una página de Internet, en general comparten un código en común. Para elaborar cada nueva relación, se apoyan en una serie de acuerdos tácitos, entre los cuales la palabra dicha (o escrita) tiene un valor sumamente importante y cualquier mentira es mal vista. Confían en que lo que le dicen es cierto y lo comprueban luego, si la relación madura. La imagen mental que van construyendo sobre cada desconocido que los intenta seducir del otro lado de la PC se alimenta de la información recibida, de los datos que tú le das sobre tu vida, de una foto que le mandas por mail, de tu voz. Si tu mentira tiene que ver con algún detalle que te impedirá iniciar una relación nueva o que modifica tu vida cotidiana -como un matrimonio no disuelto, hijos a tu cargo o una pareja con la que no piensas romper- lo más justo sería que te sinceraras cuanto antes, por más difícil que te resulte, porque tarde o temprano este tipo de cosas se harán evidentes. La voluntad de continuar o no con este romance ya no dependerá de ti, pero la sinceridad que demuestres, si es genuina, nunca será tardía y jugará a tu favor cuando tu nuevo romance evalúe la situación para dar el siguiente paso. Si sus intenciones y las tuyas son serias, sabrán cómo manejarlo.

2– Si le mentiste en tu aspecto físico o tu edad:

Tal como decía antes, quienes suelen usar Internet para relacionarse tienen ciertas características comunes: la sensibilidad es una de ellas. Las mentiras molestan, es cierto. Pero también es verdad que todos desean resultar agradables y se presentan de la mejor manera posible. Internet es la mejor herramienta para aquellos que desean ser vistos por su esencia y no por cómo lucen. El miedo al rechazo es tal, que a veces uno se termina enroscando en una mentira de este tipo, enviando una foto antigua, de la época en que todavía no nos incomodaba que nos sacaran una foto en traje de baño, o de cuando no contábamos a las arruguitas como un defecto o una preocupación primordial. Si estás muy diferente al aspecto que le habías dicho que tenías y están a punto de conocerse en persona, lo mejor que puedes hacer es tantear el terreno. Empezar con una simple pregunta: “¿cuánto te interesa el aspecto físico?”. Y así ir avanzando hasta actualizarle tu imagen real. Seguramente, si se están por encontrar cara a cara, ya compartieron bastantes cosas juntos. Puedes apelar a infinidad de cualidades para seducir y es un error pensar que sólo las impecables estrellas de cine tienen derecho a ser felices. Llegado el caso, incluso el reírte de ti mismo y de los kilitos de más puede ser una buena idea. Ten confianza en la sensatez de tu partenaire y muéstrate tal cual eres. Debes confiar en tus encantos naturales y no desanimarte en el momento crucial. Al final de cuentas, ¿para qué quieres al lado tuyo a alguien que no te acepta por cómo luces?

 

Al fin y al cabo, con la complicidad del anonimato, el juego de crear una personalidad perfecta y una vida ideal es demasiado tentador como para resistirlo

3- Si no detallaste las cosas que sí o sí necesitas para vivir: 

Si eres uno de esos seres que tienen fijaciones con algún tema en particular, ya sea social, sexual, religioso o de otra índole, lo mejor (aunque depende el caso) es advertírselo antes de encontrarse. Sobre todo si se trata de algo que podría involucrar a tu futura pareja. Si todos los domingos de tu vida se los dedicas, religiosamente, a tu club de fútbol favorito y sólo admites como salida posible el calzarte todo el atuendo y sentarte frente a la televisión a ver su performance semanal, es mejor que se lo comentes. Seguramente encontrarán la manera de compatibilizar sus gustos en la materia (desde ya, un buen consejo sería que cambiaras esa actitud radical por otra un poco más abierta. Puede ser que te estés perdiendo de algo más interesante). Pero si lo que necesitas tanto como el aire no es el fútbol, sino que te aten al respaldo de la cama cada vez que tienes sexo y que te peguen con un palo de amasar para lograr un orgasmo, definitivamente debes encontrar la forma de hablar del tema. No pierdas tiempo. Si de antemano ya sabes que una relación no funcionará si esto no sucede, o si su religión no es la misma que la tuya (y esto te importa mucho), no demores la charla.

4- Si ocultaste experiencias pasadas:

Paso a paso. Sin quemar etapas. Aunque pensemos que conocemos de pies a cabeza a nuestro amor cibernético, la realidad indica que falta mucho camino por recorrer. Ser sinceros antes del primer encuentro no significa estar obligados a pasarle nuestro prontuario a un desconocido, antes de saber si realmente nos gustará, o si será una relación que valga la pena por más de dos citas. No eres el único ser en la tierra que ha tenido experiencias dolorosas o intensas, ya sea sexuales, amorosas o de otro tipo. El tiempo marcará el momento indicado para hablarlas, si realmente es necesario.              

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